México 2018 y lo que viene después
Hablar de asaltos, asesinatos, abusos, corrupción y fraudes era
cosa de adultos, pero todo comenzó a sonar mas fuerte a partir de 1988, cuando
pierde las elecciones Cárdenas y Salinas asume la presidencia de México, razón
por la cual Cuauhtémoc representó al sector oprimido y victimizado, dándole
identidad a un movimiento que lo hizo competir en 1994 y luego en el 2000 por
el mismo puesto y representando a la izquierda mexicana, hasta la aparición el
señor López.
En el 2000 sentimos alivio a los males de antaño, con la llegada
de Vicente a la presidencia. Confiamos en que las políticas “distintas” al
régimen del partido que gobernó y trazó por más de 70 años los modos y caminos,
cambiarían. Creo que fueron de las primeras elecciones donde la gente se
involucraba, pero cabe señalar que solo en ciudades, ya que se ignoraron las
comunidades rurales. Lo admito, yo vote por Fox y fue la primera vez que ejercí
ese derecho - obligación, y se siente bien que tu candidato sea el ganador. Tras
el triunfo no hubo división radical de opiniones, el cambio nos hizo sentir que
todo era consecuencia de un trabajo partidista que iniciaron con Diego
triunfando en debates presidenciales y sembrando esa diferencia que urgía en
todos. Vicente fue un candidato hablador y cercano, sus diálogo eran comunes y
corrientes, cargados de burla y poca seriedad ante sus contrincantes (es
difícil olvidar que Francisco Labastida fue punto de burlas y lo llamaron La
Vestida, adjetivo que actualmente es políticamente incorrecto desde cualquier
punto donde se vea). En ese mismo año, Andrés se hacía cargo de la ciudad,
siendo el 3r jefe de gobierno de izquierda en la capital.
En 2006 compitieron por el puesto: Felipe, representando la
continuidad del gobierno, Roberto, siendo la esperanza del retorno del partido
viejo y Andrés, la izquierda “nueva” representada por un expriísta. Calderón
asume el poder en medio de la sospecha de un fraude electoral que llevó a López
a radicalizar su movimiento e iniciar así una campaña en contra de la mafia que
se oponía a otra historia distinta. ¿Alguna vez se han puesto a pensar que
hubiera sucedido si aquella ocasión, Andrés hubiera sido ganador? ¿Habrían
cambiado las cosas? A partir de ese momento la izquierda significo críticas
directas al gobierno, sus decisiones y sus figuras visibles.
Llegaron nuevas elecciones y Enrique –del partido viejo- triunfó,
por voto de castigo al partido que no realizó el cambio prometido en 12 años,
por fraude electoral y por una campaña cínica y voraz contra Andrés y su
movimiento moreno. Lo anterior generó aprendizaje para el nuevo partido
político que asumió la derrota con odio y lo convirtió en fuerza de campaña por
seis años en donde López no dejó de ser noticia de primera plana. Morena buscó
a los nuevos votantes que no conocieron y creyeron la historia de un fraude del
2006 y que se repetía en 2012, contaba con los beneficiarios de programas
sociales de la capital (personas de tercera edad principalmente) y
universitarios que compraron sin problemas la nueva idea de gobierno. Si a eso
le sumamos la corrupción, el cinismo y ultraje de los políticos en funciones
durante el sexenio de Peña, que eran integrantes del mismo partido, agregamos
la carencia de nuevos actores políticos que representaran competencia real en
las elecciones y ponemos una pizca de resentimiento social, tenemos como
resultado que después de 18 años y con un apoyo de votantes sin precedentes,
Andrés se convirtiera en el presidente de México para el periodo 2018- 2024.
Y ¿a qué se enfrenta? A una generación que aprendió a cuestionar y
critica a través de redes sociales, todo movimiento gubernamental, ya que
durante 12 años, Andrés señaló todos los errores, decisiones y acciones de los
gobiernos en función. Enfrenta el nuevo gobierno a la generación que vive
confiando en las redes sociales como fuente de información, difamación y foro
para expresar ideas radicales en pro de un movimiento que ha dejado de ser
oposición y aun no lo procesa. A una generación cuya habilidad de convivencia
con otros no se ha desarrollado de la misma manera, ya que en general ven en
los otros la incongruencia.
Por más que mencionen que el pueblo es sabio, la verdad es que no
dejamos de actuar en manada y lo que dicta el “alfa” se sigue sin problemas,
sea un rumor, ver un programa, criticar cierto maltrato animal, el robo de pan
por repartidores, la apreciación del arte en blanco y negro, la burla a
políticos en general y sobre todo a fomentar la división social, que se
aprendió por 12 años. Por eso no es raro que Andrés proponga una constitución
moral, que regule lo dicho, escrito o manifestado por cualquier medio, ya que
esa mecha encendida de no apagarse, lo perjudica. Ahora ha puesto a disposición general (e irá
distribuyendo poco a poco) la Cartilla Moral escrita por Alfonso Reyes,
invitando a la reflexión y a reestructurar valores, ética y moral actual, con
base en un escrito de 1952.
https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/427152/CartillaMoral_.pdf
Mi duda ahora es… ¿quién sigue? ¿Andrés apoyará una continuidad
partidista o gubernamental? ¿seguirá los pasos dados en la CdMx y Marcelo será
el bendecido? ¿Algún colaborador saldrá bien librado del nuevo gobierno? ¿Será
momento de los independientes y entre ellos brille Tatiana Clouthier (hija de
un candidato presidencial de 1988)? Y sobre todo ¿habrá oposición convincente
que pueda dar la batalla o estamos iniciando el ciclo de un nuevo partido en
poder con la fuerza absoluta que se mantendrá por más de 2 sexenios?
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