Música mala... música mala!!
No
quiero sonar como el clásico viejo, pero lo escribiré confiando en que se
entienda la idea general. La música actual en español –MX- es mala y vive una
crisis sin precedente, por la falta de creatividad en música o letra, lo cual
es alarmante. Incluyamos todo género y fácilmente identificamos una propuesta
miserable o reciclada.
No
voy a hablar de otra época como si fuera “la mejor”, pero puedo asegurar que al
menos musicalmente había ideas o hambre de hacer cosas nuevas. En cuestión
letrista creo que la pobreza puede ser valorada acorde al contenido y al
sentido del mensaje o la historia que se cuenta. Mencionaré la letra pobre de
ésta canción: “bésame mucho, como si
fuera esta noche la última vez” cuya complejidad es nula, pero el entorno
le dio un peso generacional increíble, llevándola a ser un éxito continuo. Por
otro lado, el rock and roll en español se basaba en “traducir” o interpretar o
tropicalizar lo que se hacían en otro lado y mantener lo bailable de una
canción tonta… “agujetas de color de rosa
y un sombre grande y feo”, para que una generación se sintiera identificada
con el mundo.
Mas
tarde llega la música que recupera la intensidad de esas historias rotas que
generaba una complicidad entre el artista y el escucha. Mujeres que descubrían infidelidades
y decían: va, yo le sigo a tu lado siendo reina,
esclava o mujer, tu dirás. Por parte de los varones encontramos al borracho
que también aceptaba sus errores y sus dolencias asegurando que comía alpiste escaso desde unas manos que no
apreciaban el amor. Y tal vez este es un momento de crecimiento de autores
que exploraron y explotaron historias hasta el momento que lo urbano, el rock
–sin el roll-, llegó para hacer crudas fotografías palpables de historias
comunes y urbanas. Luego explotaría el POP con productos de consumo rápido y
dirigido a sectores muy específicos, generando música y letras cuya calidad
variaba según las habilidades que fueron descubriendo en el camino todos estos
seres que creyeron en el adulto para ser producto mercantil.
Actualmente
el pop se queda de espectador o tratando de colgarse del reggeaton que vino a menear caderas generales con
ritmos de muy poca complejidad musical (escuchen canciones con atención y
reconocerán el mismo ritmo repetido e interrumpido por dos tres tamporazos o
silencios pa´ tomar aire). Pero aquí la gran crítica aparece en el tipo de
letras, las cuales se sexualizaron en todo sentido –feliz, infeliz, despecho,
resignación, siendo felices los 4- y ahí la gran decepción en el trabajo de llamados
escritores musicales.
¿Se
empobrecieron las canciones? No lo creo, recordemos las letras del flaco de oro
y son crudos reflejos de mujeres fatales y hombres viciosos, el problema radica
en que la brecha que se ha abierto entre generaciones no tiene precedentes.
Cuando tratamos de canciones bailables, partamos del primer contacto hacia una
pista de baile, es decir, aprendemos a bailar en casa y con familia, quien se
encarga de enseñar los pasos –atinados o no- de un baile, después uno aprende
con los amigos y con los romances que te toman de la cintura y llevan tu cuerpo
hasta donde el ritmo lo permita.
Padres
e hijas, madre e hijos podrían bailar juntos cualquier ritmo antes de la
llegada de este ritmo y su sexualidad melódica y lírica, sin problemas podías
bailar “popotitos”, “azúcar amargo” “la macarena”, etc. con tus padres, pero
ahora bailar “perro fiel”, “lío en la cabeza” o “loco enamorado” es complicado
si quiere uno agarrar el mood correcto. ¿Cómo fue posible que el reggaetón
provocara que menores de adolescencia, güasha-güasearan rolas de éste tipo?
Fácil… padres jóvenes que dieron libre acceso a canales de videos y música a
sus críos (o pequeños hermanos) sin pensar en lo que se dice. ¿Es bueno o malo?
El tiempo lo dirá.
La
balada y la música regional en español siempre se cocerán aparte, debido al
entrono en el cual se desarrollan y que influye para que llegue a ser parte del
soundtrack personal o familiar de alguien. Habrá quien defienda a su letrista
favorito y podremos discutir de la profundidad, los sitios comunes que refleja
o la alegría que buscan transmitir, así como el crecimiento musical de alguna
agrupación o individuo a lo largo de sus HITS y de ésta forma descubrir que son
pocos los diamantes que se salvan de ese espacio común que habitan los versos y
las notas de un pentagrama.
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