Belleza humana
El
asunto de la apariencia física es importante para todos y más ahora que la
imagen es un producto que puede venderse aun sin ser famoso o por lo menos es
lo que nos hacen creer. Lo preocupante es cuando el aspecto lleva a algunos a
negar realidades evidentes y que esta situación se vuelve insana y de fracaso
social.
El
transcurso del tiempo siempre será una prueba que todos reprobaremos por más
que hagamos al respecto, así que lo importante es tener consciencia de ello y
ante los cambios irse adaptando y no ser víctimas ridículas de lo que nos
ocurra. Aclaro que todo aquello que sirva para que nuestro estado de ánimo este
arriba se vale, pero no hay que olvidarnos del pasado o mejor dicho, no hay que
desvincular los cambios, para no ser alguien que realmente no somos.
Cuando
vamos por la calle podemos ser parte de un set de filmación de star wars, por
aquello de todos los seres vueltos criaturas que son ajenos a su realidad
física, ya sea por gordura, delgadez, estatura, color de piel que poco combina
con su cabello, el tipo de corte que usa, la barba, el bigote de color original
o en toque exótico, la ropa ajustada, pegada, expandida a fuerza, con
estampados poco amigables, los tatuajes expuestos en los brazos, cuello,
piernas, las cicatrices y después los postizos que suponen auxiliares de realce
o de cobertura. Todo, cualquier detalle existente puede hacer la diferencia
entre adorable, soportable o fracaso como parte de la raza humana.
Seamos
claros, la belleza humana cambia con el tiempo y cada época tendrá sus
estándares de hermosura masculina o femenina. Antes, el cuerpo de las mujeres
con carnita hinchada era realmente aplaudible, después el cuerpo estilo alita
de pollo se convirtió en motivo de deseos y ahora el asunto es tener un trasero
enorme. Pero todo esto se aleja completamente de aspectos fundamentales a
considerar como zona geográfica, antecedentes genealógicos y capacidades
creativas de adaptación.
Pero
lejos del estereotipo que le mundo occidental u oriental marque, uno debe tener
siempre clara su realidad y los centímetros de más o de menos para arriba o
para los lados, el color, su ausencia o su alta concentración, la vestimenta
combinada o aquella que alcance con la quincena ganada. Por ello invito a todos
a realizar una tarea simple y honesta con uno mismo y es, desnudarse y pararse
frente al espejo y mirar lo que se tiene enfrente con tiempo y a detalle. La
autovaloración podrá ser una acción deprimente en un inicio, pero reconfortante
si hay aceptación de lo que uno es. Después el resto podrá ser lo que mejor les agrade para
usar sobre su cuerpo desnudo, todo se vale su sabemos usarlo en talla, color y
textura que complemente.
Si
aun con lo hecho anteriormente decides ignorar y hacer lo que tus ojos te dicen
que es lo correcto, mas no se podrá hacer y no te sorprenda que las miradas
testigo de tu decisión siempre tendrán una historia interesante que contar de
aquel individuo que se encontraron en la calle antes de llegar a casa.
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