La secu 64
Nos enamoramos tontamente de personas, de momentos, de lugares que en general no vuelven a ser parte de nosotros. Pero nadie puede negarse de amar eso lugares significativos que nos permiten atesorar vivencias, amigos, aprendizaje, dolor y en general vida. Yo recuerdo la casa de la bisabuela sobre avenida Genaro García, una casa blanca con jardín enfrente que a los niños de la época nos permitía jugar con lodo y ver las enormes jaulas de canarios que tenía mi bisa. Recordar el cuarto en el patio trasero en donde no podíamos entrar por ser niños. Recuerdo la casa de mi abuela Celia en domingo, la cual era punto de reunión de varios de mis tíos y primos a la hora de comer y el acomodarnos era un reto. Recuerdo las navidades en casa de mi abuela Ignacia en donde los gritos, las botellas, la comida y los regalos iluminaban el lugar pese a ser menos de diez personas las que generalmente celebrábamos. Tengo en la mente las islas de CU, de aquellas mañanas en las que mi madre iba a...