Escribir de ti...
Escribir de ti (y para ti) siempre es complicado, pues no quiero dejar de lado nada, pero tampoco puedo contarlo todo. Resaltar que tienes 4 títulos académicos es elogio personal. Hablar que desde los 16 tienes claro tu objetivo de vida, podrá sonar increíble, aunque sabemos que es verdad.
Las casualidades en ti no existen, todo lo ves desde antes y aquello que te toma por sorpresa, realmente no te desbalancea, ya que tienes una preparación genuina amarrada a tu compromiso de ser y estar en esta vida. Solo en dos ocasiones vi tu mirada con esa duda ante el ¿qué sigue ahora? Pero pasaron unos minutos y retomaste calma, aun teniendo los ojos llenos de lágrimas.
Sin cursilerías, eres la mejor en compañía cuando se quiere silencio y también para hablar en voz baja o tonos altos. Eres frontal y sin retorno, prudente y certera. Tienes una voz que se escucha, brinda seguridad y eso lo desarrollaste al estar entre los tuyos, negociando jerarquía con hermanos o buscando liberarte de esas cosas que sucedían en tu casa. Lo anterior provocó que salieras buscando independencia pronto y comenzaste a crecer sin esperar que alguien te apoyara o aplaudiera logros. De lo básico fuiste a enfermería (por no querer seguir los pasos marcados por los 3 previos a ti), una vez trabajando, volviste a la escuela y concluiste la prepa, luego siguió la universidad y ahí fue otro punto clave en tu vida, decidiste tomar una mano y apostarle a un proyecto de dos.
Esa suma que elegiste te alejó pocos años del estudio, pero te permitió formar una familia y tener dos hijos, para luego acomodar todo y volver a la escuela a concluir licenciatura, más tarde buscar una maestría y después poner la cereza del pastel con un doctorado que te permitiría concluir la vida laboral con el nivel más alto.
En casa nos fue bien, eres buena administradora de recursos y tiempos, de abrazos y obligaciones. Teníamos reglas justas y claras, no había privilegios de género, de lugares y sobre todo sin esfuerzo. Nos dejaste ser y fluir en toda la casa, respetabas nuestra creatividad, las casas de campaña, los desordenes a media sala y nuestras habitaciones. Enseñaste el valor del no, si, quiero y no quiero. Fuiste creativa al solucionar conflictos cotidianos y valorábamos el acuerdo, aunque éste no fuera favorable. Recurríamos a ti sin temor a la incomprensión y aun sabiendo que nuestras palabras terminarían por tirar otro ladrillo de las expectativas que no podríamos cubrir. Aprendiste a no crear expectativas y a respetar nuestras buenas o malas decisiones, nos enseñaste que también sería asunto nuestro el enfrentar lo que viniera. Nos introdujiste a los 3 en el mundo del género, a cuidar, pensar y apoderarnos de nuestro discurso, para lanzarlo con seguridad.
Aprendí que volver a casa era más divertido si te llevaba un detalle que te sorprendiera, demostrando que aun en la distancia, se pensaba en los otros. Nunca limitaste mis juegos y la casa se lleno de barcos en la pileta, de patines por la sala, de fortalezas bajo la mesa, de disfraces y casas de campaña en los cuartos y de lava que corría por el pasillo. Nos educaste sin miedo o temores a disfrutar de la soledad, el silencio y la oscuridad, con la libertad de cantar aun sonando feo, nos hiciste seguros y hasta cierto punto odiosos.
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Para mí eres música de Oscar Chávez, Los Hermanos Rincón, Manolo Muñóz y ese folclor mexicano que tanto gozamos en las tardes bohemias. Eres esa persona que me ayuda a crear esos momentos de familia tan necesarios como un abrazo, un beso o una broma pesada. Me sigues enseñando que la vida no concluye con una jubilación o acumulación de años, tu sigues saliendo, conociendo gente, haciendo amigas, compartiendo conocimiento y tiempo, motivando a los que te rodean, siendo comunidad y luchando por espacios que ayudas a crear y hacer crecer. Me demuestras con hechos lo importante que es levantar la voz y enfrentar batallas con propuestas. Me inspiras a seguir escribiendo y a crear espacios comunes, donde la libertad y el respeto sean columnas.
Sonando cursi, eres única y por eso mismo valoro el hecho de que seas mi madre.
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