Viajamos
Todos mentimos. Guardamos secretos. Encerramos historias en cuadernos y a veces exageramos metiendo todo en un cajón. Otras veces decidimos poner todo bajo llave y ni siquiera permitir que la luz entre como testigo de recuerdos. Los recuerdos escritos, obsequiados por antiguos cómplices, son sepultados en cajas forradas o estuches especiales para su conservación… ¿por qué mantenerlos inmunes al tiempo? ¿Vale la pena aferrarse a letras que ya no son? Suena sencillo vaciar cajones y dejar espacios listos para ser ocupados o dejarlos libres, sin llenar, pero no es tarea sencilla, hemos aprendido a acumular todo tipo de recuerdos y no es fácil hacerse a la idea de compartir nuestro sentir con alguien que no pertenece a una historia vieja y significativa para nosotros. Muchos dirán que no es necesario hacerlo y mucho menos a detalle, pero siempre he creído que es una forma de mentir. Somos lo que vamos haciendo al acumular años y nos adaptamos de acuerdo a las personas que conocemos, ...