Noviembre 2020
El encierro duró más de lo que todos esperaban, pero para él, había iniciado antes y perduraría mucho más tiempo. Se acostumbró a su espacio, su silencio, su falta de empatía y voces que lo devolvieran a lo que había sido. Su rutina era tan simple a la vista de todos, pero tan compleja en su mente, que por ello la mantuvo y la llevó más allá. Primero vinieron las limitaciones de movilidad, lo cual no le fue complicado, pues su vida laboral previa le permitía tener una pensión que cubría sus gasto y gustos. Solo tuvo que aprender a comprar en línea y confiar en que su repartidor fuera cuidadoso en transportar los insumos. Al llegar éstos, los lavaba con cuidado y comenzaba la preparación de alimentos, que consumía al instante, refrigeraba y congelaba. Su alimentación se concentraba en dos momentos fuertes, el resto del día masticaba cualquier antojo que chocaba con su vista. El peso aumentó y no importaba, no existía alguien con quien quedar bien y ni siquiera con el mismo. Su asp...